Miles de jóvenes sufren acoso cibernético
El ciberbullying es cada vez más frecuente entre los jóvenes. Según el estudio que se elaboró Microsoft desde el pasado mes de febrero de 2011 hasta enero de este mismo año, un 37 % de los jóvenes entre los 8 y los 17 años han sido acosados mediante las nuevas tecnologías como teléfonos móviles o, videojuegos pero sobre todo a través de internet en redes sociales y diferentes plataformas de difusión por jóvenes de edades similares.
Esto crea un nuevo problema de difícil y complicada situación que atraviesan las víctimas, ya que el anonimato que permite internet hace más ardua la tarea de llegar hasta los responsables del ciberbulling dificultando su identificación para poder emprender acciones legales.
Este acoso cibernético supone para las victimas una desesperada y angustiosa situación, en muchas ocasiones imposible de asumir. Por ejemplo, éste ha sido el caso de Amanda Todd una joven canadiense de 15 años que en el mes de octubre se quitó la vida después de publicar un mes antes en internet un video conmovedor donde relataba su dura historia, mostrando papeles escritos que explicaban el sufrimiento por el que estaba pasando y donde reclamaba ayuda y atención.
En el video Amanda Todd narra cómo comenzó todo cuando mostro su pecho a un desconocido por webcam. Al cabo de un año ese desconocido se convirtió en su acosador, chantajeándola con publicar su foto si no cedía a sus peticiones. Amanda no lo hizo y, finalmente, la policía se presentó en la casa de Amanda y su familia para comunicarla que su foto aparecía en internet y estaba al alcance de amigos, familiares, conocidos etc.
La joven no pudo soportar las continuas burlas y se cambió de ciudad y de colegio, pero su acosador seguía controlando su vida y difundiendo la imagen de Amanda en su nuevo entorno. Por este motivo, la joven decidió suicidarse, viéndose incapaz de acabar con esa situación que la atormentaba como declaraba en el video: “Estoy continuamente llorando. Todos los días pienso qué hago aquí. Mi ansiedad es horrible”.
Tristemente no es el único caso, aunque cada vez hay más información y se le das más importancia a los datos que publicamos en internet y sus posibles consecuencias. Es aconsejable saber cómo actuar ante un problema similar y a quién acudir para que casos tan dramáticos como el de Amanda no se repitan nunca más.
Laura Morato Hervás