provoca que muchos ciudadanos no solo pidan responsabilidades a quien dice representarles sino que tomen la difícil decisión de crear nuevos proyectos sociales y políticos que consigan mejorar el mundo más cercano a ellos.
Las políticas de austeridad que desde Alemania plantean al resto del continente europeo no solo suponen para el gobierno un recorte presupuestario o un nuevo ajuste de cuentas en los sectores minoritarios sino que están afectando a derechos fundamentales y necesidades básicas de los que disponían todos los ciudadanos como sanidad o educación, además de eliminarse muchas ayudas que antes se otorgaban a personas dependientes sin recursos o inmigrantes entre otras muchas.
Estas medidas desembocan en el descontento e indignación de muchas personas que unidos a la falta de trabajo deciden dedicar su tiempo a organizarse en movimientos sociales como “la plataforma por la educación pública” el colectivo 15M, democracia real ya, o las mareas que de distintos colores defienden sus ideas y construyen grupos en ocasiones con pretensiones políticas, hasta 492 nuevas partidos en 2012 según el ministerio del Interior.
Entre ellos “Partido x” quién dice, sin todavía caras visibles, tener un proyecto que regenere la política actual, con medidas concretasy fecha de caducidad ya que cuando sus objetivos se consigan, mantienen, que acabará su vida en la política española.
En el resto de Europa los ciudadanos también empiezan a movilizarse ante la dramática y trágica situación de sus países, como en el caso de Grecia, donde la alternativa a la difícil situación de muchas personas esta desencadenando en el polémico y preocupante apoyo a grupos como el partido neonazi de ultraderecha “amanecer dorado”, mientras los ciudadanos esperan a nuevas situaciones y diferentes ideas como solución a problemas muy complicados.
Las crisis económicas que terminan siendo sociales son la gran oportunidad de mejora y replanteamiento de nuevas ideas, derechos sociales y libertades que estructuradas de manera concreta, pueden llegar a reforzar modelos deteriorados por los políticos
Laura Morato Hervás