Pájaros en la cabeza

New Image

“Soy un soñador práctico lo que yo quiero es convertir mis sueños en realidad” Mahatma Gandhi

Las ideas son “pájaros en la cabeza”, o al menos eso dicen algunas personas cuando escuchan las mías, si es así… entonces tengo todos; con y sin pico, nocturnos y  diurnos, tengo loros parlanchines y alguna ave muda, también con plumas de todos  los colores y con plumaje solo en blanco y negro y hasta alguno que no vuela y jamás cambiaría a ninguno de ellos, ojalá todos se pudieran  quedar siempre conmigo.

Algunos emigran de mi cabeza por cualquier motivo, a veces no les dedico suficiente tiempo o no les otorgo demasiada importancia, como el pájaro de ser presidente de gobierno (un día me dejó de parecer relevante para lo que yo quería en mi vida) o como  el pájaro de ser astronauta (aunque este pájaro a veces viene de visita y se queda unos días, antes de volver a marcharse) pero…pensándolo bien… hay astronautas…existen… ¿porque no puedo ser yo uno de ellos? Ale ya está aquí otra vez, pero….

Hay uno diferente, que desde siempre está presente en casi todo lo que pienso y  por consecuencia  que digo y hago y que siempre, aunque se pase el día volando, viene a dormir conmigo para despertarme al día siguiente y recordarme que tengo que levantarme un día mas, alcanzarlo y convertirlo en  realidad o para hacerme saber que todo lo que haga, hasta conseguirlo, valdrá la pena y además me gustará, creo que hasta me hará feliz, porque no creo que haya manera más egoísta y fácil de conseguirlo que apropiándote de la felicidad de los demás, aunque la produzcas tú.  Este es el pájaro globalización, pero bien entendida, como conciencia global por un mundo que pretenda y consiga ser mejor, más justo y equitativo (aunque tampoco le importaría quedarse en cambiar, un poquito, un pedazo de mundo, del lugar donde decida vivir  o que su decisión individual de ayudar a quien lo necesite,  impacte en la mejora de vida de otras personas, aunque sea un rato).

Jaume Sanllorente, fundador de “Sonrisas de bombay” en el libro “El poder de las sonrisas” escribió algo que un día decidí repetir siempre que contaba mi idea y por eso  creo que nunca dejarán de llamarla “pájaro en la cabeza”, pero que no dejaré de decirlo nunca, a pesar de lo cursi que suene o lo piensen, porque yo creo que tiene razón: “El mundo es como un muro sin pintar. Si todos pensamos que con nuestro pequeño bote de pintura no lograremos pintar todo el muro, no lo haremos y nos quedaremos sin pintar nada, el muro jamás cambiará de color, pero sí en cambio, alguien se anima  a pintar un trozo, otros también podrían hacerlo y así lograr colorear el muro del mundo”

Además las personas que llaman a mis ideas pájaros en la cabeza son más idealistas, abstractas y cursis que yo, o que lo que pueda decir Jaume Sanllorente, creen que solo haré mi idea realidad, si Dios así lo quiere, si el destino lo ha escrito, o si  la suerte me sonríe y ni siquiera se paran a pensar que con mi esfuerzo, tiempo y ganas (bueno y algo de dinero, mejor muchísimo dinero, que espero genere las tres anteriores) podría hacer de mi idea, la meta conseguida, para el camino por el que quiero andar.

Tendré que aprender muchísimo, de la inmensidad de temas que no sé y de los que no tengo ni idea y cometeré muchos errores, que espero poder asumir, aunque, de momento, tampoco sé perder, pero solo así aprendo, ya puedo ver a alguien  que ha intentado lo mismo que yo, llorando por no conseguirlo, que un segundo después voy yo a repetirlo, por si me sale bien a mí, y no importa lo que me digan, que tengo que hacerlo yo, aunque no sepa, también quizá así pueda encontrar un hueco para decir “Todo lo que sé, se lo debo a mi ignorancia” y citar a  Platón, que seguro que da prestigio a mi pájaro en la cabeza para algunos, y a lo mejor así,  empiezan a valorar mi idea de manera tan realista como lo hago yo y hasta puede  que se les parezca a sus maduras, rentables y reflexivas   “ideas de futuro de verdad”; estas no importa lo poco meditadas que estén, lo que sacrifiquen, ni a quien se le ocurran, puede ser a cualquiera, alguien que no recicle vidrio o al que le haya gustado la última película del hobbit, que sí  ha conseguido despejar sus pájaros en la cabeza y ha alcanzado la madurez, su idea será mejor modelo de vida, para cualquiera, que mis pájaros en la cabeza, jamás pensaran que cada uno vivirá realmente feliz “si se hace a si mismo lo que es” y no interpretando un papel, en una idea en la que no cree y que seguramente sea perfecta para la mayoría, o para otros, pero creo que es entendible que quizás no para todos porque al final yo creo que las ideas y las personas maduras siguen el mismo camino que las manzanas, cuando están maduras y con un dulzor insoportable se las comen o sino se pudren enseguida.

Hoy en Madrid, distrito de Arganzuela, calle canarias, comienzo una nueva aventura, que continua el camino por el que he decidido andar hacia la meta, mi preferido pájaro en la cabeza, porque quizás no consiga cambiar el mundo hoy, no  soy tan ilusa para creer eso, además ahora con el nuevo año, los días no laborables y eso… creo que puedo esperar hasta pasado mañana, pero voy a ir empezando hoy, porque tampoco he aprendido a esperar.

Aunque tampoco os preocupéis si no llego a la meta, o si quiero entretenerme mucho en cada paso, que dicen que “la felicidad es el camino” y creo que al final,  la meta  va a ser solo una excusa para ir por donde quiera y  si por casualidad la alcanzo, la meta  será solo el instante anterior de empezar con un nuevo pájaro en la cabeza.

Anuncio publicitario