Sentinel del Norte, o no

senti

Sentinel del norte, o no, y así va a ser todo, lo que en el resto del mundo comunicado pensamos y la realidad existente de una isla aislada que hemos decidido llamar así.

El risotto, Peaky Blinders, un edificio, Saturno, una canción, Google, las vacunas, Mery Popins, la política, el metro, los extraterrestres, la radio, Dios, los calcetines, la luz eléctrica, el dinero, el fuego, escribir, un globo terráqueo, el móvil, los continentes, La casa Batlló, las llaves, un concierto de Camila Gallardo,  la verdad, los pasteles, viajar, el chiringuito de jugones, las matemáticas, una guitarra, el libro de guía de supervivencia zombi, las casas de apuestas, Christopher Nolan, las novelas de amor, una noticia sobre Sentinel del norte, nuestro bien y mal, el lenguaje, las civilizaciones, la cronología, la ciencia, el movimiento corporal, la cultura, la ubicación espacial, la economía, la historia, los gobiernos o la propia estructura cognitiva…o no, o no conocer nada de eso, tal y como entendemos ahora, que casi todo lo que ocupa nuestro día a día no exista.

Si todo lo que conocemos trascurriera en Sentinel del norte, una isla de 72 km² del océano Índico, con 100 o 200 habitantes, protegidos por muros de corales y densos bosques, que parecen haber sido creados para construir la frontera natural perfecta, quizá adquiriéramos la responsabilidad de protegerla a ella también. Si además, cualquier interacción, como los contactos nada fructíferos ni positivos de los últimos 60.000 años, supusiera, el riesgo de enfrentarse a un sistema inmunológico completamente diferente al nuestro o convertirse, en el mejor de los casos, en un reclamo turístico, quizá, no quisiéramos conocer a nadie más. Y si, por fin, las autoridades indias hubieran confeccionado las leyes para preservar el derecho a vivir como quieres es probable que nos aguantáramos las ganas de saber todo lo que hay detrás de los aviones y barcos que divisamos a lo lejos, o que ni siquiera nos interese. Entonces, casi con seguridad, reivindicaríamos, de cualquier manera, el derecho a vivir sin la intervención del mundo exterior, o no.

Todos los misterios que, afortunadamente, aún quedan por resolver sobre los sentineles y lo demasiado que sabemos de nosotros, plantean la idea de investigarse el ombligo e intentar pensar como seríamos si no fuésemos como somos. Si tuviéramos la posibilidad de entrar a la etapa evolutiva en la que se encuentra Sentinel ahora mismo y sabiendo lo que sabemos, quizá nos gustaría desaprender y aprender ideas, deshacernos y construirnos de nuevo, quizá para salir igual, o no.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s