Fue ese día, aquel domingo a principios del 2012, cuando le escuche por primera vez y descubrí que su libertad estaba repleta de ideas que compartía en mi cabeza, que todos los sentimientos y pensamientos que tenía se podían explicar, todos tenían nombres, que ya conocía antes pero que hasta entonces nadie supo descubrirme su significado.
Aquel día entendí y aprendí el poder del miedo, la importancia de ser valiente siempre, la libertad de pensamiento, a creer sobre las razones, el valor del tiempo frente al dinero, a defender mis ideas sin pensar en las consecuencias, a atreverme a querer cambiar todo lo que desde siempre ha sido así, a crear mi manera de entender la sabiduría, a saber como quería construir los momentos y sobre todo aprendí lo que puede llegar a significar alguien como José Luis Sampedro en la vida de alguien como yo, que jamás creyó en nada ni en nadie… hasta aquel día.
«Las ideas no sienten. No aman. Los hombres desaparecen, pero las ideas no mueren.» -V de Vendetta.